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Las implicaciones políticas del incremento en la adicción en un país son enormes. Toda nación sometida a fuertes ataques por servicios de inteligencia extranjeros, ha experimentado un incremento en el tráfico de drogas y en la adicción.
Antes de la Segunda Guerra Mundial, las fuerzas japonesas de inteligencia realizaron conquistas convirtiendo con esmero en adicto a cada líder potencial que pudieran alcanzar, en particular los niños brillantes del país que era su blanco.
La última dinastía (la Manchú) de China, fue derrocada por un país que importaba opio al reino y hacía que se extendiera su consumo.
Existen muchos precedentes históricos.
El inconveniente del consumidor de drogas, incluso después de que ha dejado de tomar drogas, es que “se queda en blanco” en momentos inesperados, tiene períodos de irresponsabilidad y tiende a enfermarse fácilmente.
El procesamiento de Dianética y Scientology ha sido capaz de erradicar los daños más graves en aquellos casos que se han sometido a prueba, y también ha logrado que la adicción ya no sea necesaria ni se desee.
Scientology no tiene ningún interés en los aspectos políticos o sociales de los diversos tipos de drogas, y ni siquiera en el consumo de drogas como tal. Todo el interés de Scientology se concentra en aquellos que quieren “desengancharse” y “seguir desenganchados”.
En una organización de Scientology, al menos la mitad de aquellos que vienen en busca de procesamiento, han tomado drogas asiduamente. Y esta cifra es mucho menor que la del público del entorno, donde evidentemente asciende a un porcentaje aún mayor. Por consiguiente, en 1968 y 1969 la investigación de esto como tema especializado culminó con éxito.
Los Cienciólogos no están preparados para castigar a los consumidores de drogas o reformar a toda la sociedad con respecto a este tema. Pero sí están preparados para ayudar a cualquier persona o a cualquier gobierno a resolver este problema, y están activos en ello.
Al igual que la era de la “juventud ardiente”* durante los años 20 de la ley seca, es probable que el consumo de drogas también desaparezca como pasatiempo nacional. Pero dejará a muchas personas deseando no haberlas consumido. El Cienciólogo puede ayudar a esas personas. Y las está ayudando ahora mismo como servicio habitual hacia la comunidad.
Los gobiernos necesitan al Cienciólogo mucho más de lo que creen.
L. Ronald Hubbard
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